Uno de los síntomas más comunes entre las mujeres que estamos pasando la Perimenopausia y la Menopausia es la ansiedad. Yo soy una de ellas, y hace 10 días decidí probar un tratamiento basado en la milenaria acupuntura china, la Auriculoterapia para calmar la ansiedad.
Cada persona es un mundo, pero hablando desde mi corta experiencia, ya me doy por satisfecha por haber pasado 10 días sin nervios y durmiendo sin necesidad de tomar ninguna pastilla… Hoy os cuento más sobre esta técnica.
La Auriculoterapia para calmar la Ansiedad durante la Perimenopausia y la Menopausia
Como os comentaba, uno de los peores síntomas por los que estoy pasando durante la Perimenopausia es la Ansiedad. He probado todo tipo de pastillas naturales, que finalmente tengo, o bien que dejar, o descansar un tiempo, porque el cuerpo se acostumbra. Y un día, por casualidad, encontré una publicación de un Acupuntor-Quiromasajista donde hablaba sobre las propiedades beneficiosas que la Auriculoterapia tiene para calmar la ansiedad. Así que pensé, ¿por qué no probar?
Así que hace diez días me puse en manos de esta persona, y he notado una mejoría considerable. Menos nervios, no salto a la primera de cambio y duermo mucho mejor. También tiene algunos contras que intentaré ir desgranando en este artículo.
Si te pasa como a mí, que eres de esas personas que somos más partidarias de las terapias naturales, probablemente te interese la auriculoterapia para calmar la ansiedad.
La auriculoterapia, también conocida como «medicina auricular» forma parte de la milenaria disciplina de la acupuntura china.
Es una técnica que usa ciertos puntos en la piel de la zona de la aurícula (oído externo). Es decir, estimula unos puntos del pabellón externo de la oreja para diagnosticar y poder calmar ciertos problemas de salud en otras zonas del cuerpo.
El tratamiento tiene diferentes pasos. Primero, el profesional realiza una serie de «toquecitos» con un localizador punzón metálico con una esfera redonda en su punta (no pincha), para localizar los puntos respectivos en la oreja donde aplicará su tratamiento.
Posteriormente usará unas pequeñísimas agujas quirúrgicas desechables que insertará a pocos milímetros debajo de la piel o unas chinchetas minúsculas que permanecerán durante 10 días aproximadamente en las orejas.
En mi caso, el acupuntor utilizó una chincheta para cada oreja, en la zona de los lóbulos (por cierto son muy discretas, casi no se ven y puedes seguir llevando tus pendientes sin problema).
También puede usar pequeñas bolitas metalizadas, magnéticas o semillas. Que se suelen colocar con un adhesivo para que la estimulación sea más duradera.
Yo he llevado, aparte de las chinchetas, cuatro balines (bolitas metalizadas), dos en cada oreja, en diferentes secciones.
Tanto los balines como las semillas aplican una presión continua en puntos específicos de las orejas para estimular diferentes malestares mentales o físicos.
Y al igual que la acupuntura, los beneficios curativos que se quiere obtener determinan la ubicación exacta: hay un lugar para la parte superior de la espalda, el hígado, los riñones, el cuello, etc. Y los puntos o la combinación de ellos también pueden abordar diferentes comportamientos: ansiedad, insomnio o el estrés diario. Yo pedí que me tratara la ansiedad y el insomnio.
Debido a que tanto los balines como las chinchetas logran una microestimulación durante un período de entre cinco y diez días, no se necesita manipularlos. En todo caso, en grados de comprobar que te pones más nerviosa, presionas un pelín una de las chinchetas y notas como te vas calmando poco a poco.
¿Qué he notado desde que llevo las chinchetas y los balines en las orejas? que soy la que era antes de comenzar este viaje de la Perimenopausia. He estado unos días que no me lo podía creer: mucho más relajada, he podido hablar de casi cualquier cosa, sin estresarme, sin agobiarme más de la cuenta… ¡Y he dormido! la primera noche caí como una bendita, y muy similar durante el tiempo que las he llevado. Ha habido noches que me ha costado más dormirme pero he estado relajada, por lo que poco a poco he caído en el sueño, sin tener que recurrir a ninguna pastilla, cosa que he agradecido mucho.
He tenido algún efecto secundario, tal es el caso de dolor de cabeza el día que me puse el tratamiento, y el día siguiente (no fuerte, pero molesto) y algo de mareo también al día siguiente. Después no he notado nada raro…
Hay que tener precaución a la hora de la ducha de no mojar mucho la oreja. Yo he usado unas bolsitas de plástico para cubrirlas ( aunque entra algo de agua, pero no tanto que con la ducha, ya que son bolsitas para no mancharte del tinte, y no son estancas). Posteriormente he limpiado con sumo cuidado las zonas libres y poco más. Hay que tener mucho cuidado especialmente con las chinchetas porque pinchan la oreja y si no se cuida bien puede sobrevenir una infección (algo similar como cuando te haces un piercing, pero un 99% menos profundo).
Los efectos se notan bastante rápido. Para empezar, notas algo de presión en la oreja. No es doloroso ni muy incómodo, pero sabes que «las bolitas» están ahí.
A los diez días se quita el tratamiento una misma y se procede a la limpieza y desinfección con alcohol de los puntos que tenían las chinchetas. Y se deja descansar unos días a las orejas.
Algo que debéis entender es que esta técnica, como otras muchas, no es mágica. En realidad, es una forma de terapia y debe verse como tal. Como con cualquier terapia, como la fisioterapia o la psicoterapia, siempre hay un plan de tratamiento. No es una cura absoluta, pero sí que ayuda a paliar esa sensación de angustia diaria que no te deja vivir.
Antes de decantarme por esta terapia, busqué información sobre su eficacia y hay muchos informes favorables al uso de auriculoterapia para calmar la ansiedad.
Pero, como siempre os digo, antes de iniciar una nueva terapia, por muy natural que sea, comentadlo con vuestr@ médic@ de confianza, especialmente si estáis llevando un tratamiento.
